Enciclopedia de la Esencialidad
El Reloj Siempre Corre
Éste es el concepto que tu vida, tu tiempo y energía, tu TE, es limitada; que tiene un final y que se está agotando. No hay tiempo que perder si quieres cumplir con tu misión y propósitos en la vida.
Cuando eres joven, la vida se extiende ante ti y pareciera que tienes todo el tiempo del mundo. Esto es una ilusión. Nunca sabes cuando llega el "game over" (fin del juego), cuando la muerte cierra tus cuentas con la vida. Si eres una persona realmente creativa y productiva, nunca tendrás suficiente TE para hacer todas las cosas que te gustaría. La mayoría de la gente experimenta la así llamada “crisis de la mediana edad”, en algún momento entre los 40 y los 50 años de edad, cuando se dan cuenta que están envejeciendo, reflexionan sobre el punto en que se encuentran en la vida y aquel al que les gustaría llegar, lo que les hace cambiar el sistema de conteo del tiempo que han vivido, y del que esperan vivir. Sin embargo, advierten que a estas alturas son muchos los hábitos que se han establecido y lo difíciles que son de cambiar, así como del tiempo que se ha perdido. (Por supuesto, es mucho mejor empezar tarde que nunca.)
El concepto de "el reloj siempre corre" es importante para identificar los comportamientos que estamos permitiendo que impidan tomar acciones efectivas para lograr nuestros propósitos. Algunas de estas barreras son los "valores opuestos". Los valores que producen resultados incluyen: la industria, la excelencia, el compromiso del guerrero que se empuja a sí mismo a través del dolor, una visión clara del resultado deseado, la planificación, la organización y la ejecución sistemática. Los valores opuestos a éstos incluyen: comodidad (estar a gusto), la relajación y la pereza, los MOPs, seguir el camino más fácil, optar por la forma más rápida, y aceptar la mediocridad. Una vez que se identifican estos comportamientos, hay que procesar las energías negativas que se encuentran detrás de ellos, crear la visión del ser que se desea y se necesita para lograr los fines establecidos, luego hacer las creaciones positivas y, finalmente, actuar conforme a ello todos los días.