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Enciclopedia de la Esencialidad

Egoísmo

El egoísmo consiste en enfocarse en los deseos y bienestar de uno mismo sin considerar los precios y consecuencias negativos que acarrean a otros, resultando en obstruir o dañar el bienestar de otros, incluyendo al medio ambiente.

En una comprensión más profunda, el egoísmo consiste en anteponer los deseos y bienestar de uno mismo,  el ego chico ilusorio, al bienestar del propio ser más grande, el Uno. Es decidir conforme a los intereses del ego, de unos pocos, del corto plazo, en lugar del MB MN LP (Mayor Bien del Mayor Número a Largo Plazo).

Para que un acto sea realmente Amoroso, realmente Esencial, tiene que producir el Mayor Bien al Mayor Número a Largo Plazo. Calcular el MB MN LP requiere gran sabiduría; de hecho está más allá de las posibilidades de la mente humana y solamente se logra mediante la conexión con la Sabiduría Infinita.

El egoísmo es hacer lo que le conviene a uno mismo (o al grupo con el que uno se identifica, ej. familia o país) sin considerar los efectos nocivos en otros. Es ignorar o no dar importancia a que todos somos Uno. Puede ser por avidya, ego negativo, falta de responsabilidad; y todo ello implica falta de espiritualidad. Es olvidar qué es el Amor Verdadero.

El ser humano en avidya es egoísta, sin embargo ésta no es su naturaleza; hay evidencias a través de la historia de grupos con conciencia grupal, conscientes hasta de la unidad con toda la naturaleza. Vivían en comunidades igualitarias compartiendo los recursos. Pero los paradigmas del mundo moderno y del materialismo, tales como: “Cada quien agarre lo que pueda” y “Quien muere con más juguetes, gana” glorifican el egoísmo.

El capitalismo, por ejemplo, es un paradigma egoísta donde se alienta la desmedida riqueza de unos pocos dejando a la mayoría en la miseria. Muchos ricos no usan su riqueza para mejorar la vida de otros, sino que solo la acaparan. Otro paradigma de mucho egoísmo es el patriotismo y el nacionalismo, donde cada nación busca alentar sus intereses sin considerar el bienestar de todo el planeta.

Aunque no son lo mismo, el egoísmo se asemeja mucho al ego negativo.

Si uno es egoísta en extremo, termina siendo rechazado por otros ya que juega a “yo gano, tú pierdes”. Así que la mayoría aprende a moderar su egoísmo porque le conviene llevarse bien con otros, y esto es el egoísmo “iluminado”. Es un egoísmo en el que uno se da cuenta que le conviene no ser tan ego-ísta; que le conviene negociar, cooperar e intercambiar con otros en un juego de ganar-ganar.

La historia de la civilización ha sido en gran medida la supresión ocasionada por el egoísmo desbordado de los líderes—guerreros, déspotas y hasta pueblos enteros acostumbrados a tomar lo que quieren de otros por la fuerza, hasta por invasiones y guerra. (Ejemplos famosos han sido los conquistadores de todos los tiempos: los persas, los macedonios de Alejandro Magno, los romanos, los hunos, los alemanes de Hitler).

Lo opuesto al egoísmo es el amor expresado en la igualdad, en el compartir, la generosidad y el servicio a otros; y todo ello implica trabajar para el Uno. Aunque servir al Uno desinteresadamente asusta a mucha gente por preocuparse del cómo van a sobrevivir, cuando cuidas al Uno, al Amor, el Amor cuida de ti.