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Enciclopedia de la Esencialidad

Impecabilidad y el Maestro

La responsabilidad de un maestro de Esencialidad es mantener consciencia de los ciclos de sus alumnos y asegurarse que los cierren, o que implementen el Sistema de Impecabilidad con su bitácora, reportes, consecuencias y reposiciones de energía.

Para lograr el desarrollo de sus alumnos, el maestro tiene que asignarles ciclos de todos tipos: estudio, tareas, reportes y trabajos. Ese desarrollo también incluye la impecabilidad y el poder, solicitando que cumplan todos sus ciclos a tiempo y en excelencia.

Asimismo, el maestro tiene que aumentar la cantidad y complejidad de los ciclos para estirar los límites de sus alumnos, lo que puede aumentar la cantidad y seriedad de las fallas. Aunque se supone que se entrena a los alumnos en no tener fallas, es siempre posible que el mejor alumno falle—y el maestro es responsable de tener consciencia de ello y manejarlo.

La Escuela quiere que el alumno falle y aprenda de sus errores con humildad, usándolos como trampolín para crecer. Quiere que falle y aprenda a no fallar en la Escuela, antes de ir  a la vida para ser vela o antorcha ante los demás. Fallar y remediar las fallas le dará al alumno humildad, sabiduría y poder; y aplicando el Sistema de Impecabilidad, cometerá menos fallas en la Escuela y en el mundo. Todo esto es un entrenamiento que le servirá mucho en su vida, y es esencial para convertirse en vela o antorcha con la responsabilidad de representar a la Esencia en el planeta.

De nada sirve un ciclo no cumplido si la falla no es manejada, pues de esta forma la persona que falla no se excelsiora. Una vez que hay una falla, es preciso abrirse a la sabiduría para aprovecharla y no seguir fallando. Por eso, existe el conocimiento de los dos caminos al fallar.

Por todo lo anterior, es responsabilidad del maestro verificar que se cumplen los ciclos a tiempo. Es su responsabilidad asegurarse de que ni los alumnos ni la Escuela caigan en la mediocridad. Para hacer esto, el maestro tiene que mantener consciencia, no solo de sus ciclos, sino también de los ciclos de todos sus alumnos directos—y tiene que enseñar a sus supervisores a mantener consciencia de los ciclos de sus alumnos. Por lo tanto, el maestro tiene que mantener su propia checklist de ciclos de sus alumnos, tiempos de promesa y verificar que se hayan cerrado. Si no se han cumplido, tiene que abrir otro ciclo en el Sistema de Impecabilidad y rastrear los ciclos en ese sistema.

Todo esto complica la vida del maestro, porque no solo tiene que mantener consciencia de sus propios ciclos y cumplirlos, sino también de los ciclos de todos sus alumnos (que podrían ser cientos), y luego de los ciclos en el Sistema de Impecabilidad. Si el maestro falla en mantener consciencia y en  manejar un ciclo demorado o caído del alumno, está fallando a sus deberes como maestro en el entrenamiento de sus alumnos en poder e impecabilidad. La Impecabilidad es necesaria para volver a la Esencia; por lo tanto, el maestro estaría fallando a su deber de conducir a sus alumnos a la Esencia.

Conclusiones lógicas

En su compromiso de servir al Amor y de ser un maestro del Amor, acepta a todos los que se presentan, siempre y cuando estén calificados y demuestren avances aceptables para volverse impecables.

Si el maestro no aplica el Sistema de Impecabilidad, tiene una falla ante el alumno, ante la Escuela, ante la Misión y ante el Amor. Y tiene la consecuencia de tener que aplicar el Sistema de Impecabilidad a sí mismo por esa falla y pagar las consecuencias.

En fin: siempre habrá una consecuencia o reposición de energía que hacer, ante una falla. La cuestión es: ¿Quién va a pagarla: el alumno o el maestro?

La respuesta es: el maestro— si no detecta y maneja las fallas del alumno.

Así que le conviene al maestro tener mucha consciencia y desempeño en manejar las fallas de sus alumnos.

Cuando un alumno falla, debe una reposición de TE a la entidad a la que ha fallado. También debe una reposición de TE al maestro y a la Escuela, por consumir su TE al tener que supervisar el Sistema de Impecabilidad para el alumno. Es decir, debe una reposición de energía por cargar más al maestro y a la Escuela al tener que manejar el ciclo de la falla del alumno.

Resumen

Es deber del maestro aplicar el Sistema de Impecabilidad a los alumnos, tanto para el entrenamiento del alumno como para garantizar la calidad y poder de la Escuela y de sus “productos”: Velas y Antorchas. El maestro no tiene opción: es una falla al Amor si no lo hace.